¿Qué me dice la Palabra de Dios hoy?
La parábola de los inquilinos homicidas en la que se representa la historia de salvación del pueblo judío se convierte también para nosotros en una seria invitación a no abusar de la gracia y la misericordia de Dios.
Necesitamos pedir continuamente la purificación del corazón para que en el no existan sentimientos de hostilidad y celos hacia nuestros hermanos.
Purificar el corazón para acoger la gracia de Dios, purificar el corazón para ser verdaderamente constructores de fraternidad.
La Colecta de la Misa de hoy debería ayudarnos en este camino de crecimiento interior:
Dios todopoderoso, concédenos que, purificados por la penitencia cuaresmal, lleguemos a las próximas fiestas pascuales con el corazón libre de pecado.
Este es el heredero: vamos a matarlo.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 21, 33-46
Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: “Escuchen otra parábola: Un hombre poseía una tierra y allí plantó una viña, la cercó, cavó un lagar y construyó una torre de vigilancia. Después la arrendó a unos viñadores y se fue al extranjero.
Cuando llegó el tiempo de la vendimia, envió a sus servidores para percibir los frutos. Pero los viñadores se apoderaron de ellos, y a uno lo golpearon, a otro lo mataron y al tercero lo apedrearon. El propietario volvió a enviar a otros servidores, en mayor número que los primeros, pero los trataron de la misma manera.
Finalmente, les envió a su propio hijo, pensando: "Respetarán a mi hijo". Pero, al verlo, los viñadores se dijeron: "Éste es el heredero: vamos a matarlo para quedarnos con su herencia". Y apoderándose de él, lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron.
Cuando vuelva el dueño, ¿qué les parece que hará con aquellos viñadores?”
Le respondieron: “Acabará con esos miserables y arrendará la viña a otros, que le entregarán el fruto a su debido tiempo”.
Jesús agregó:
“¿No han leído nunca en las Escrituras: "La piedra que los constructores rechazaron ha llegado a ser la piedra angular: ésta es la obra del Señor, admirable a nuestros ojos”?
El que caiga sobre esta piedra quedará destrozado, y aquel sobre quien ella caiga será aplastado.
Por eso les digo que el Reino de Dios les será quitado a ustedes, para ser entregado a un pueblo que le hará producir sus frutos”.
Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír estas parábolas, comprendieron que se refería a ellos. Entonces buscaron el modo de detenerlo, pero temían a la multitud, que lo consideraba un profeta. Palabra del Señor.
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