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Esencial

Una vez más se nos da la oportunidad de vivir un tiempo de gracia en preparación a la Semana Santa, aún no hemos superado del todo la emergencia de la Pandemia y tenemos que “abrazar” el drama de la guerra, aunque todavía lejos de nuestra rutina diaria.

Acogemos con el corazón la invitación que nos hizo el Papa Francisco el miércoles pasado en la audiencia, reiterado al Angelus:

En estos días hemos sido turbados por algo trágico: la guerra. Numerosas veces hemos rezado para que no se emprendiera este camino. No dejemos de orar, es más, supliquemos a Dios con mayor intensidad. Por eso renuevo a todos la invitación a vivir el 2 de marzo, Miércoles de Ceniza, un día de oración y ayuno por la paz en Ucrania; una jornada para estar cerca de los sufrimientos del pueblo ucraniano, para sentirnos todos hermanos e implorar a Dios el final de la guerra.

Comenzamos nuestro camino dejándonos guiar por la palabra ESENCIAL. En efecto, queremos que el camino que nos lleva a la Pascua nos ayude a centrar la mirada en lo esencial: redescubrirnos TODOS hijos del mismo Padre, por tanto, hermanos y hermanas en la humanidad.

El ayuno que hacemos es una señal de nuestro deseo de volver a lo que realmente importa en nuestra vida, tal como nos recuerda el Evangelio de hoy.


A la escucha de la Parola

Tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 6, 1-6. 16-18

Jesús dijo a sus discípulos:

Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre de ustedes que está en el cielo. Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.

Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.

Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres noten que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa.

Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Palabra del Señor

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