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LIBERTAD

Mirando la forma en que Jesús "escapa", para poder entregarse en el momento oportuno, podríamos decir que el amor no se improvisa de ninguna manera, sino que hay que estar preparado, aprendiendo a huir de todas las batallas que no merecen ser enfrentadas. Sólo quien sabe defraudar las expectativas -sobre todo respecto de sí mismo- puede conocer el misterio de la hora en la que se nos pide experimentar el amor más grande. (Roberto Pasolini)

Hoy estamos invitados a mirar a Jesús que no se deja condicionar por lo que puede parecer un obstáculo en su camino y en contra de su mensaje.

En estos días hemos dicho que puede realizar ciertos gestos y llevar su camino con serenidad porque tiene en el corazón la certeza del amor del Padre.

Aquí está el verdadero sentido de la libertad, muy diferente a lo que hoy se afirma, se nos ha hecho capaces de abrazar lo cotidiano con sencillez y sin condicionamientos.

Hoy dedicamos tiempo a saborear la alegría de la libertad que nos ha sido dada, y mientras la experimentamos rezamos por todos aquellos que lamentablemente ya no pueden imaginar un período de paz y libertad.

Buen camino.


Quisieron detenerlo, pero todavía no había llegado su hora.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 7, 1-2. 10. 14. 25-30

Jesús recorría la Galilea; no quería transitar por Judea porque los judíos intentaban matarlo.

Se acercaba la fiesta judía de las Chozas. Cuando sus hermanos subieron para la fiesta, también Él subió, pero en secreto, sin hacerse ver. Promediaba ya la celebración de la fiesta, cuando Jesús subió al Templo y comenzó a enseñar.

Algunos de Jerusalén decían: “¿No es éste Aquél a quien querían matar? ¡Y miren como habla abiertamente y nadie le dice nada! ¿Habrán reconocido las autoridades que es verdaderamente el Mesías? Pero nosotros sabemos de dónde es éste; en cambio, cuando venga el Mesías, nadie sabrá de dónde es”.

Entonces Jesús, que enseñaba en el Templo, exclamó: “¿Así que ustedes me conocen y saben de dónde soy?

Sin embargo, Yo no vine por mi propia cuenta; pero el que me envió dice la verdad, y ustedes no lo conocen.

Yo sí lo conozco, porque vengo de Él y es Él el que me envió”.

Entonces quisieron detenerlo, pero nadie puso las manos sobre Él, porque todavía no había llegado su hora. Palabra del Señor.

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