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Viernes de la tercera semana de Cuaresma

Llegado el viernes, nos damos cuenta que las semanas pasan rápido, y quizás nuestros pasos hacia la renovación que soñamos parezcan pequeños. La Palabra de Dios de hoy nos ayuda a repensar una vez más que la verdadera renovación nace de un amor más grande que nos precede.

La liturgia de hoy nos entrega el más grande de los mandamiento: "tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas". El testo evangelico nos recuerda que un amor tan grande sólo puede surgir de la escucha, de haber comprendido que somos amados fuertemente como nos recuerda el profeta Oseas: “Los sanaré de su infidelidad, los amaré profundamente, ya que mi ira se ha apartado de ellos”.

Un amor tan intenso que "necesariamente" recae sobre nuestras relaciones y en definitiva sobre nosotros. Cada uno de nosotros está llamado a partir de la propia experiencia del pecado a dejarse renovar con confianza por el amor incondicional de Dios.

Hoy empiezan las "24 horas para el Señor" démonos tiempo para "volver al Señor", ¡dejemos que nos toque y sane su amor y perdón!


PRIMERA LECTURA

Ya no diremos más “¡Dios nuestro!” a la obra de nuestras manos.

Lectura de la profecía de Oseas 14, 2-10

Así habla el Señor:

Vuelve, Israel, al Señor tu Dios, porque tu falta te ha hecho caer. Preparen lo que van a decir y vuelvan al Señor.

Díganle: “Borra todas las faltas, acepta lo que hay de bueno, y te ofreceremos el fruto de nuestros labios. Asiria no nos salvará, ya no montaremos a caballo, ni diremos más " ¡Dios nuestro!" a la obra de nuestras manos, porque sólo en ti el huérfano encuentra compasión”.

Yo los sanaré de su apostasía, los amaré generosamente, porque mi ira se ha apartado de ellos. Seré como rocío para Israel: él florecerá como el lirio, hundirá sus raíces como el bosque del Líbano; sus retoños se extenderán, su esplendor será como el del olivo y su fragancia como la del Líbano.

Volverán a sentarse a mi sombra, harán revivir el trigo, florecerán como la viña, y su renombre será como el del vino del Líbano. Efraím, ¿qué tengo aún que ver con los ídolos? Yo le respondo y velo por él. Soy como un ciprés siempre verde, y de mí procede tu fruto.

¡Que el sabio comprenda estas cosas! ¡Que el hombre inteligente las entienda! Los caminos del Señor son rectos: por ellos caminarán los justos, pero los rebeldes tropezarán en ellos.

Palabra de Dios.

 

EVANGELIO

El Señor nuestro Dios es el único Señor, y tú lo amarás.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 12, 28b-34

Un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: “¿Cuál es el primero de los mandamientos?”

Jesús respondió: “El primero es: "Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas". El segundo es: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo". No hay otro mandamiento más grande que éstos”.

El escriba le dijo: “Muy bien, Maestro, tienes razón al decir que hay un solo Dios y no hay otro más que Él, y que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios”.

Jesús, al ver que había respondido tan acertadamente, le dijo: “Tú no estás lejos del Reino de Dios”.

Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

Palabra del Señor.

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