Nuestro camino de preparación a la Pascua continúa: el miércoles escuchamos los anhelos más profundos de nuestro corazón, sobre todo el de una auténtica conversión, ayer fuimos invitados a hacer opciones de vida, sin hundirnos en el terreno de la no elección.
Hoy damos un paso adelante en la búsqueda de la coherencia de la vida: todos nos hemos encontrado alguna vez ocupándonos de aspectos importantes de nuestra vida espiritual, como el ayuno, y al mismo tiempo "luchando" con relaciones difíciles, evitando a algunos hermanos o, peor aún, permitiéndonos ignorarlos.
Hoy el Profeta dirige una fuerte invitación al Pueblo de Israel, y por tanto también a nosotros: no basta observar la forma exterior si ésta no corresponde a una actitud de acogida hacia el otro.
Hoy en la oración interroguemos nuestro corazón, pongámonos ante el Señor y pidámosle que nos ilumine para vivir de manera profunda estos días de preparación a la Pascua.
A un año del inicio de la guerra en Ucrania oremos por nuestros hermanos: por los que murieron en los bombardeos, por las personas que perdieron la vida en el frente y por los muchos exiliados que sufren por estar lejos de su tierra. Pidamos con fuerza el don de la Paz y comprometámonos a construirla a nuestro alrededor.
¡Buen día!
Primera Lettura
Éste es el ayuno que Yo amo.
Lectura del libro de Isaías (58, 1-9a)
Así habla el Señor Dios:
¡Grita a voz en cuello, no te contengas, alza tu voz como una trompeta: denúnciale a mi pueblo su rebeldía y sus pecados a la casa de Jacob!
Ellos me consultan día tras día y quieren conocer mis caminos, como lo haría una nación que practica la justicia y no abandona el derecho de su Dios; reclaman de mí sentencias justas, les gusta estar cerca de Dios:
“¿Por qué ayunamos y Tú no lo ves, nos afligimos y Tú no lo reconoces?”
Porque ustedes, el mismo día en que ayunan, se ocupan de negocios y maltratan a su servidumbre. Ayunan para entregarse a pleitos y querellas y para golpear perversamente con el puño.
No ayunen como en esos días, si quieren hacer oír su voz en las alturas. ¿Es éste acaso el ayuno que Yo amo, el día en que el hombre se aflige a sí mismo?
Doblar la cabeza como un junco, tenderse sobre el cilicio y la ceniza: ¿a eso lo llamas ayuno y día aceptable al Señor?
Éste es el ayuno que Yo amo –oráculo del Señor-: soltar las cadenas injustas, desatar los lazos del yugo, dejar en libertad a los oprimidos y romper todos los yugos; compartir tu pan con el hambriento y albergar a los pobres sin techo; cubrir al que veas desnudo y no despreocuparte de tu propia carne.
Entonces despuntará tu luz como la aurora, y tu llaga no tardará en cicatrizar; delante de ti avanzará tu justicia, y detrás de ti irá la gloria del Señor.
Entonces llamarás, y el Señor responderá; pedirás auxilio, y Él dirá: “¡Aquí estoy!”Così dice il Signore:
Palabra de Dios.
Evangelio
Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo (9, 14-15)
Se acercaron a Jesús los discípulos de Juan el Bautista y le dijeron: “¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos mucho mientras que tus discípulos no ayunan?”
Jesús les respondió: “¿Acaso los amigos del esposo pueden estar tristes mientras el esposo está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán”.
Palabra del Señor.
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